—¡Estas fotos no son mías! Yo... Yo no tengo un lunar en el pecho. Tengo el cabello más largo que el de ella. Están modificadas. Así no suena mi voz. ¡Escucha! Ah... ¡Uf!
Qin Ming había sacado su teléfono para mostrarle a Nie Haitang los mensajes que Qin Shou le había enviado. Nie Haitang se enfureció al instante y comenzó a explicarse.
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