Bai Yuchun llegó en auto a la Ciudad de la Paz, un pintoresco pueblecito del campo. Situada no muy lejos de la Gran Barda, la ciudad era famosa por su vista panorámica nocturna. Los jóvenes venían aquí para tener citas, ya que el balneario de aguas termales era un lugar muy romántico.
Al principio, Qin Ming planeaba viajar a la pequeña ciudad junto con sus compañeros de universidad. Pero, por alguna razón, acabó ahí y le pidió un aventón a Bai Yuchun. Cuando Qin Ming se bajó de su auto, le dio las gracias.
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