Una vez que llegaron a un pequeño restaurante, Qin Ming comenzó a pedir algo de comida. Tres hermosas damas estaban sentadas a su alrededor. Cada una de ellas estaba vestida de manera formal y delicada como si estuvieran en un restaurante de lujo. Como las damas eran demasiado hermosas, los demás clientes no dejaban de mirarlas, «¿cómo podía alguien tan ordinario como él salir con tres chicas llamativas a la vez?». «Esto es como, “las bellas y la bestia”». «¿Por qué no puedo conseguir a alguien tan bonita como estas preciosidades?».
Después de limpiar los utensilios, Qin Ming se dio cuenta de que tanto Sun Changxi como Liao Qingxuan parecían molestas. Enseguida les sirvió un poco de té.
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