A la mañana siguiente, Qin Ming se puso en cuclillas junto a la carretera a la salida de su universidad y se atiborró de palitos de masa frita. Mientras comía con gusto, un Rolls-Royce Ghost Extended de color dorado apagado pasaba a su lado.
Song Ying se había extasiado al enterarse de que Qin Ming volvía al trabajo. Había pasado un mes. Todos los días, Qin Ming acudía a su trabajo a tiempo parcial en la biblioteca, donde se pasaba todo el tiempo charlando con una chica. Para todos los demás, su trabajo a tiempo parcial parecía ser una excusa mal urdida para ligar con chicas. Incluso la gente de la oficina no pudo evitar expresar su desaprobación.
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