—Am, verás… que… ah… —Qin Ming se puso nervioso. Fue una vez a las aguas termales con Nie Haitang, pero jamás había hecho nada tan emocionante u osado.
Tener a una maestra que tenía cinco o seis años más que él ayudándole a bañarse… Tal vez no enseñara en su escuela, pero aun así le preocupaba perder el control y cometer un error.
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