Cuando Nie Haitang se fue, Qin Ming no pudo evitar sentirse inquieto. Era como si Nie Haitang le estuviera ocultando algo, sobre todo cuando le devolvió la mirada. Por esa mirada, Qin Ming pudo saber que se iba de mala gana.
De inmediato llamó a Nie Haitang, pero ella rechazó la llamada incluso antes de que entrara; eso hizo que Qin Ming entrara en pánico. Ella no respondía a sus mensajes ni contestaba sus llamadas. Qin Ming tenía cada vez más un mal presentimiento sobre eso.
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