Capítulo 78 Perdone mi arrogancia
Rolando entró en su oficina y se sentó en un sofá. Sacó un puro, le dio una larga calada y exhaló una columna de humo.
—Será mejor que te comportes, jovencito. Te permití esta reunión porque respeto a la Señorita Cortés. Haré que te arrepientas si te comportas con arrogancia aquí. «¡Solo porque hayas acabado con la Familia Higareda y tengas a Jonatan apoyándote, no significa que puedas hacer valer tus influencias aquí! ¡No subestimes a la Familia Jiménez, Antonio Salas!».
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