Capítulo 361 Eres mi prometida
Claudia no se contuvo en absoluto. La cara de Raúl tenía un reguero de sangre, ya que las uñas de Claudia le habían cortado la cara al abofetearle.
Atónita, Delfina se levantó. Todos en la oficina tenían una expresión de asombro. Sólo Raúl mantuvo la calma en esta situación, como si supiera que esto iba a suceder.
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