Capítulo 299 Jugar a dos bandas
Después de la reunión de la mañana, Delfina volvió a su despacho y se dio cuenta de que el teléfono que tenía sobre la mesa se iluminó de repente al aparecer un mensaje. Sus ojos se oscurecieron un poco cuando la miró.
—Presidente Murillo, ¿a dónde va?
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