Capítulo 544 Si no te levantas, te haré cosquillas

El contenido de la jeringa fluyó hacia el torrente sanguíneo de Delfina. Los efectos de la sustancia no tardaron en hacerse evidentes: Sus párpados se volvieron más pesados y pudo escuchar el sonido de los frenos resonando en su estado de somnolencia. Su cuerpo se balanceó una vez antes de perder el conocimiento. No sabía cuánto tiempo había pasado cuando se despertó. Como los efectos aún no habían desaparecido, sentía que le dolían un poco las sienes. Tras despertar de una pesadilla, sus ojos se abrieron de golpe para ver los intrincados dibujos que había sobre ella. Había grandes pasifloras floreciendo por todo el dosel, lo que la mareaba bastante.