Capítulo 1198 El doloroso amor de ella; el pecado original de él
—Es que... esa pieza que falta no me importa en absoluto. —Lucía miró fijamente los ojos negros como la tinta de Tomás, sintiendo como si estuviera mirando las profundidades del propio universo—. He perdido tantas cosas a lo largo de mi vida que algo tan trivial como eso ya no importa. —Después de decir eso, se sumió en un silencio inusual. Estaba tan tranquila que casi parecía que era una intrusa mirando hacia adentro—. Si soy pretenciosa o hipócrita, al menos nunca he hecho daño a otra persona, ¿verdad? Mientras el mundo no intente hacerme daño de nuevo, es suficiente. —Entonces, le miró a la cara. Desde que era una niña, todo lo que he recibido ha sido malicia. Tomás, ¿entiendes lo que estoy diciendo? Dejando a un lado los insultos y humillaciones que me lanzó mi madre biológica, todo el dolor que sufrí... fue principalmente por ti.
El origen de su dolor provenía del profundo amor que sentía por él. Por esa razón, fingió ser débil, cedió muchas veces y soportó todo a lo largo de los años. Estaba acostumbrada a fingir que podía aceptarlo todo por completo, pero en realidad era el acto de rebeldía más silencioso que podía mostrar. Al complacerse en su doloroso amor y deleitarse en el dolor que sufría por él, se dejaba adormecer y perdía el sentido de sí misma. Era como si esa fuera la única forma de sentirse viva. «Si este corazón mío, que ha sido magullado y roto innumerables veces, todavía puede sentir dolor por alguien, entonces eso significa que todavía no estoy muerta por completo, ¿verdad? Significa que esta insípida vida mía, en la que nací para ser nada más que un peón en una partida de ajedrez, aún no ha terminado, ¿verdad? Si ese es el caso... si no puedo ser el peón de Ana, entonces seré la rehén de Tomás».
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread