Capítulo 1129 No llores, ¿dónde te ha tocado?
Todavía sin saber lo que había pasado, Juan Pablo observó cómo Lucía asentía con la cabeza siguiendo la continua persecución de Héctor. Justo en ese momento, Héctor sintió que sus manos temblaban ligeramente al apoyarse en los hombros de Lucía. A juzgar por los moretones del cuerpo de Lucía, podía imaginar lo que le había sucedido hace un momento. El joven tragó con fuerza.
—¿Cómo lo ha sabido?
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