Capítulo 1604 Estoy bien, pero ¿y ella?
Las palabras de Simón eran desgarradoras, y hasta Benicio se sentía incapaz de verlo tan afligido. Después de un momento, se acercó a él y le dio unas palmadas consoladoras en el hombro.
—Ya basta, amigo… —susurró Benicio con ternura. «Deja ir a Leticia. Se ha despedido de ti con gentileza, y solo la lastimarías más si la persigues para suplicarle que no se vaya».
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread