Capítulo 123 No son celos
Unos minutos más tardes, Luci abrió y cerró detrás de ella la puerta de su casa. Por el ventanal no entraba más que oscuridad de los primeros minutos de la noche, pero las luces encendidas de la cocina y la televisión con el noticiero revelaron que ya había alguien más en la casa.
Luci no pudo evitar sonreír para sus adentros, deseosa de ver a su hermano. Venía pensando en ello todo el camino a su casa, imaginándose en rodearlo con sus brazos y contarle de cada minuto (bueno, quizás no explícitamente de cada minuto) de aquel fin de semana junto a Grace.
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