Capítulo 122 Eso morirá en mis manos
Luci no pudo parar de reír unos minutos después. Aún le sorprendía la capacidad de Grace para hacerla olvidar todo, y al mismo tiempo querer absolutamente todo en cuanto la rodeaba. Junto a Grace sentía que podía volar, tirarse en el suelo y rodar y que todo estaría bien, que todo estaría permitido.
Se sentía... feliz. Al menos hablaba por ella, pues aunque se esforzara, no podía llegar a sacarle mucho de sus sentimientos a Grace misma. Aunque solo por su sonrisa brillante, genuina y sin ninguna pizca de algún otro sentimiento que no sea verdadera diversión, parece que los sentimientos de Grace, por más complicados que éstos sean de entender para alguien, no estaban muy lejos de los de Luci.
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