Capítulo 1011 Ella lloró
Xia Micheng permaneció en silencio al escuchar eso mientras intentaba lo mejor posible cerrar las piernas para que no la pudiera tocar. Ahora la había humillado de verdad. Sus ropas estaban desarregladas, sin embargo, la camisa de él y sus pantalones hechos a medida no tenían una arruga siquiera. No solo eso, él incluso quería mirarla en un sitio tan íntimo. ¡Ella no era una prostituta! Xia Micheng quería alzar la mano para apartarle, pero Lu Yuzhen agarró sus finas muñecas justo a tiempo y las forzó detrás de sus espaldas. Luego usó sus dedos largos para alzar el vestido de ella. Una brisa fría le rozó los muslos, haciendo que Xia Micheng sintiera peligro. Si su vestido era alzado completamente por él, empezaría la verdadera humillación. Él quería usar un caso extremo de «registro corporal» para humillarla.
Una mirada fría destelló en los ojos claros de Xia Micheng. Con facilidad se soltó de la palma de la mano enorme de él y había una aguja de plata entre sus dedos. Quería clavársela en los puntos de acupuntura de Lu Yuzhen de inmediato. Sin embargo, él no se desplazó esta vez ya que sabía lo que ella estaba a punto de hacer. Solo la miró con frialdad antes de sacar el pecho:
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