Capítulo 158 Dos mundos
Ese mismo día, dejó la residencia Gu y la ciudad de Haicheng. En los últimos dos años, había sanado muchas heridas por sí sola, convirtiéndose en una rosa llena de espinas, para no ser lastimada nunca más. Pero por alguna razón, seguía dolida.
Ye Yuan se abrazó con fuerza y lloró desconsolada bajo la fría lluvia. Sin que ella se diera cuenta, apareció detrás de ella una esbelta figura, Gu Longfan la había encontrado.
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