Capítulo 210 Lo que se avecina

Por otro lado, el corazón de Damián seguía hecho pedazos, las pesadillas no cesaban, peor, se intensificaban y en cada una de ellas podía ver la terrible escena del cuerpo destrozado de Rubén, no entendía por qué su padre le había hecho algo así y sabía que jamás podría perdonarlo. Damián era alguien leal hasta la muerte, era incapaz de traicionar a su familia o a alguien que amara, pero, si lo traicionaban, no perdonaba con tanta facilidad, o simplemente, jamás perdonaba, pero en ese momento, se trataba de su padre, no quería asesinarlo, pero no solo lo había humillado y hecho sentir mal por ser homosexual, sino que también condenó a muerte a una persona que era por completo inocente, Rubén no tenía la culpa de su homosexualidad, pero, Nicolás, era de una mente tan cerrada que consideraba que había sido culpa de ese «mar*ca» que su hijo se considerara homosexual, aparte, pensaba que con un trato duro y cruel, a su hijo se le quitaría esa «tontería» de la cabeza de su supuesto gusto por los hombres, Nicolás era tan intransigente que conseguía sacar de quicio a cualquiera.