Capítulo 203 Gabriela y su trabajo

El odio entre Gloria y Javier era el aire que se respiraba en su casa desde que ambos despertaban hasta que se iban a dormir. Por las noches, se intensificaba y ambos comenzaban a atacarse sin miedo alguno con todos los insultos que cupieran en su repertorio, formando así una estruendosa tonada de gritos e insultos que acompañaba las noches de todo aquel que durmiera bajo el mismo techo, incluyendo a Gabriela y a Nico. Esta ya se había acostumbrado a dormir con aquellas discusiones porque no le quedaba de otra que aprender a hacerlo en medio del campo de batalla de los amantes, al igual que los demás que formaban parte del cuerpo de la servidumbre. En cambio, el niño, Nico, no soportaba las discusiones de sus padres en ningún momento del día, pero, sobre todo, por la noche, cuando llegaba su momento de dormir. Cuando sus padres estaban juntos y discutían, estos perdían toda la esencia enternecedora que tenían con él y ya dejaba de verlos como un padre y una madre sino como un par de monstruos que escupían palabras venenosas inentendibles para él, pero que, por dentro, sabía que estaban mal, que eran insultos y que se estaban haciendo daño. Gabriela recordó una tarde, en la que fue por él a la escuela, le preguntó si ella escuchaba a sus padres cuando comenzaban a gritar y ella le respondió que sí.