Capítulo 46 ¡Así no!
Alicia cada día estaba más enamorada de Heriberto, su sola presencia hacía que el corazón de la joven comenzara a latir a prisa. Él, por su parte, no perdía ocasión en ser detallista con ella. Si no le enviaba hermosos arreglos florales a su casa, la invitaba a comer o a cenar. Durante sus trayectos hasta la casa de Alicia, él aprovechaba para llenarla de caricias y besos dulces y tiernos. En ningún momento trató de incomodarla, por el contrario, siempre estaba al pendiente de no pasar el límite que ella le permitía.
Por su parte, Alicia aceptaba gustosa todos los mimos y toques inocentes que él hacía en su cuerpo. Un jueves, mientras Heriberto llevaba a Alicia hasta su casa, le hizo una propuesta que ella no pudo rechazar.
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