Capítulo 122 La codicia de Néstor y Julio
La Ranchería El Peral se encontraba entre la Ciudad de México y Morelos, en las faldas del Volcán Tláloc. Para llegar a ella, se tenía que conducir por veinte minutos en un camino de terracería pasando el poblado de San Lorenzo.
La gente que pastoreaba a sus borregos por esa zona decía que ocurrían cosas extrañas por la noche en ese lugar, muchos creían que se debía al Nahual, un ser sobrenatural que de día tenía forma de hombre y de noche el de una bestia, al menos, eso era lo que sus mayores les contaban desde niños para obligarlos a no entrar en esos terrenos.
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