Capítulo 375
-Tanaceto para la cabeza,- murmuró la señora Livia, cortando la planta frondosa y colocándola en la cesta que Emeriel llevaba mientras las dos caminaban por el bosque. -Consuelda para las heridas, valeriana para dormir.
Emeriel silbaba distraídamente, sus ánimos elevados por la alegría de su nuevo regalo. Su Daemon había decidido mantener la revelación en secreto por ahora, al menos hasta que el Oráculo pudiera proporcionar más información. En sus propias palabras, -Para proteger a mi hembra embarazada antes de que la gente comience a hacer fila afuera de la residencia todo el día para verla.
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