Capítulo 130
Aekeira mordió su labio, conteniendo su llanto. Luchaba por respirar, el malestar era demasiado mientras Lord Vladya se movía en ella con embestidas implacables y salvajes, carentes de gentileza.
Él la tomaba como un animal, cada embestida más fuerte que la anterior. No había delicadeza, no había ternura, solo posesión cruda y desenfrenada. Sonidos guturales de placer escapaban de él con cada golpe.
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