Capítulo 56
Sus dedos soltaron su cuello, su mano errante se detuvo, y se retiró, una sonrisa jugando en sus labios. -Un regalo para mí, Merilyn.
¿Qué? -No puedo. Sabes que estoy unida a otro.- Sus ojos le suplicaban. -Por favor, Vladya, no hagas esto.
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