Capítulo 118 Esa bruja, cathleen, está embarazada
Los puños de Edward se apretaron mientras estaba parado afuera de la pesada puerta de roble, las venas de sus manos palpitaban como serpientes furiosas bajo su piel. Golpeó fuertemente la madera, cada golpe resonó en el pasillo silencioso con el peso de la desesperación. El estudio era un santuario de poder, donde los destinos se alteraban con una sola palabra del anciano sentado en su interior.
"Adelante", llegó la voz ronca desde el otro lado.
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