Capítulo 894 Nadie a quien culpar
—Oye, no te culpes. Habíamos previsto este resultado hace mucho tiempo. A pesar de mi consejo, el Señor Tigre estaba decidido a irse. Eso demuestra que todo formaba parte de su destino.
Aunque Rubén estaba enojado por las acciones de aquellos dos, se sentía más impotente que otra cosa. Si Emir lo hubiera escuchado y se hubiera quedado en la Secta Alma de Espada, nada de eso habría ocurrido.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread