Capítulo 97 Viaje a Reposera
Al darse cuenta de que Emir estaba sin aliento, Cordelia frunció el ceño y se acercó para agarrarle la oreja.
—¿En verdad son tan adictivas las tareas manuales? Lo hiciste ayer, y hoy vuelves a hacerlo. ¿Todavía quieres tus riñones o no?
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