Capítulo 844 Puedes tenerla de vuelta
Plutarco estaba lleno de admiración, alabando en silencio a Emir en su corazón. Pero, cuando vio que él aún no se había detenido, perdió la compostura y se puso en pie de un salto.
—¿Todavía sigue? —Pasó más tiempo. Con expresión estupefacta, Plutarco dijo—: Ha alcanzado el nivel de gran maestro...
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