Capítulo 58 Ajuste de cuentas
Me dirijo hacia el baño mientras Victoria acude a atender a la visita inesperada. Cierro la puerta al entrar y me detengo frente al lavabo. Abro la llave y me lavo las manos al igual que mi rostro para eliminar la gruesa capa de sudor debido a lo exigente y rápido que fue el sexo. Uno de los que más he disfrutado hasta ahora, porque con Vicky no solo tengo sexo, sino que hago el amor, puesto que involucro mis sentimientos y emociones. Sonrío satisfecho y orgulloso debido a lo afortunado que he sido durante estas últimas horas. No tenía ni la más mínima idea de que Vicky albergara algún tipo de afecto hacia mí, al menos no del tipo amoroso, ya que en muchas ocasiones escupió en mi propia cara que era demasiado viejo para ella. Aquel recuerdo me causa mucha gracia. Es cierto, existen diez años de diferencia entre nosotros, que en lo que a mí respecta, no perturba en ningún aspecto lo que siento por ella ni cambia el hecho de que la quiera en mi vida para siempre.
Sin embargo, jamás imaginé que aquello solo fuera un pretexto que usaba para mantenerse alejada de mí. A Victoria se le había ocurrido la absurda idea de que quería convertirla en mi amante de turno. Que mi única intensión fuera convertirla en mi juguete de turno, un pasatiempo en mis noches aburridas y desoladas. ¡Qué tontería! Y que, una vez cansado de su compañía, la desecharía de la misma manera en que lo he hecho con cada una de mis conquistas. Nada más alejado de la realidad. Desde el primer momento en que la vi me propuse conquistarla y luchar por ella hasta que fuera mía. Ahora que la tengo, no estoy dispuesto a dejarla ir y haré lo que sea para mantenerla a mi lado para el resto de mi vida.
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