Capítulo 47 La más cruenta de las venganzas
Le doy una profunda calada a mi cigarrillo, mientras permanezco tendido en la cama después de haberme follado a la puta que saqué del bar. Fue una noche carnal y violentad, pero a la luz de la alborada, notar que la mujer junto a mí era una copia barata de Rachel, hizo que el enojo y la ira se apoderaran de mí.
Giro mi cara y fijo la vista en el cuerpo inerte y frío de la prostituta.
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