Henry quitó el empaque plástico de su marco y se lo dio a probar. Serena mordió una esquina y le ofreció a Henry. Éste mordió un poco y notó que no estaba tan bueno como pensó.
—Parece que tu cocinaste —se quejó sacándose el dulce de la boca—. ¡Guacala! —se quejó y le dio un bocado ensalivado a su hermano.
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