Frank nuevamente reaccionó emocionado y le dió un empujón en el hombro tan exagerado que casi lo tumba. Llevaba una oculta venganza por el manazo anterior.
—¡Amigoooo! —sonrió emocionado por él y le agarró la muñeca para evitar que se lo regresara, especialmente ahora que tenía los hombros descubiertos. Oscar levantó las manos buscando la paz y Frank aprovechó para seguir dándole unos golpes en el brazo—. ¡Allí hay algo!
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