Llegaron hasta arriba y recordó más detalles:
—Antes había una alfombra azul —recordó viajando a esos tiempos. Oscar tan sólo vio el carísimo mármol blanco—. Y esa noche se manchó toda mi sangre y mis lágrimas —relató haciéndolo arrugar el entrecejo—. Me golpeó con ganas de matarme allá abajo, luego me arrastró —pausó un instante volviendo a mirarse a los veintidós años. A él le ocurrió algo similar: la imaginó y fue espantoso —. Mi cuerpo estaba tan adolorido que nunca imaginé que podría estar peor.
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