Capítulo 675 Sus hijos
Cuando Sebastián vio los ojos enrojecidos de Miranda, su corazón no pudo evitar enternecerse. Extendió su enorme y cálida mano para sostener la mano fría de ella. Con un tono más suave, le aconsejó:
—No quiero culparte, pero tienes que pensarlo bien. Por la seguridad de Roberto y de Liliana, debes irte.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread