Capítulo 56 No puedo celebrar la boda contigo
Sin embargo, cuanto más se comportaba así más obvio era que intentaba esconder algo. Mirando su expresión y la de Sebastián, la Señora Rosa sintió algo en su corazón así que sonrió y los dejó solos.
La sonrisa en el rostro de Sebastián se hizo más amplia al observar a Miranda. Ella se sonrojaba tanto que mantenía la cabeza baja y sólo comía el plato que tenía delante.
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