Capítulo 120 Tan solo su posesión
Aturdida, Miranda recuperó con rapidez sus sentidos. Parecía que habían dicho algo sobre ella cuando no estaba en la oficina en este momento.
Al mirar sus ojos fríos e ilegibles, por alguna razón, Miranda de repente estaba ansiosa por saber cuál sería su reacción. Si algún otro hombre la perseguía, ¿le importaría a Sebastián?
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread