Capítulo 369 No decir mentiras
Justo cuando Miranda aceptó el trofeo, Sebastián le soltó la mano y las cálidas yemas de sus dedos rozaron el dorso de su mano. Un instante de electricidad recorrió sus manos y golpeó su corazón.
Casi le tiemblan las manos por el nerviosismo mientras muestra una expresión poco natural. Inmediatamente desvió su mirada hacia el público, esperando fervientemente que la ceremonia terminara pronto. Nunca pensó que recibiría el premio de manos de Sebastián.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread