Capítulo 171 Un papel que no debe subestimarse
Con un silbido, el dardo voló hacia la rueca con gran velocidad. A medida que la rueda giraba, Miranda cerró los ojos con firmeza, sin atreverse a moverse una pulgada.
El dardo casi se incrustó en su brazo, pero con un golpe sordo, el dardo se alojó en la rueda a solo un centímetro de su brazo.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread