Capítulo 250 Rompiendo la oscuridad

La lanza de hueso blanco una vez prístina ahora emitía un resplandor carmesí, como si de repente hubiera comenzado a sangrar, dándole una apariencia espeluznante. Después de que su primer golpe fallara, el sacerdote no volvió a atacar. En cambio, retiró la lanza, retrocedió y la levantó sobre su cabeza con ambas manos. Con un fuerte canto, se formó un enorme vórtice negro en el cielo sobre él, atrayendo toda la oscura aura de toda la Tierra Salvaje hacia su posición. "¡Detenlo ahora! No sé cómo está reuniendo ese poder, pero si tiene éxito, ¡todos ustedes están en graves problemas!" Melissa gritó ansiosamente.