Capítulo 349 Una cosecha abundante
Sebastián no tenía muchas oportunidades de pasar tiempo con las dos mujeres, así que cuando lo hacía, sentía que todos eran solo niños despreocupados divirtiéndose. La pequeña habitación era un caos mientras reían y bromeaban. María, a pesar de regañarlos ocasionalmente, no detenía la diversión. Estaba más enfocada en los patrones espirituales que Sebastián le había dado, estudiándolos con atención.
"Sebastián, ¿cuándo me dejarás pelear contigo?" Elvira balanceó juguetonamente el brazo de Sebastián, su voz llena de burla. "¡Quiero ver qué tan fuerte me he vuelto!"
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