Capítulo 362 Maestro y discípulo se unen
La ira de Sebastian bullía, burbujeando justo debajo de la superficie. Sabía que si no fuera por los ancianos obstruyendo el camino, las pertenencias de Tom no habrían sido robadas. Era dolorosamente obvio que estos ancianos habían tenido un papel en permitir que ocurriera el robo, o Tom no habría quedado tan golpeado y magullado.
Los cuatro ancianos que estaban frente a él eran extraños, y su comportamiento solo servía para profundizar su confusión. Eran arrogantes, actuando como si su estatus de novena etapa del Reino Primordial los hiciera intocables.
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