Capítulo 112 La belleza superior
La chica se quedó paralizada, totalmente sorprendida. No estaba segura de lo que estaba pasando; sólo quería apartar la mano del pecho de Sebastián lo antes posible. Sin embargo, sólo sus dedos podían moverse, su palma estaba prácticamente pegada a él. Parecía como si lo estuviera manoseando.
—¿No vas a soltarme? ¿Cuánto tiempo piensas tocarme? ¿O es que piensas que la mía puede ser más grande que la tuya? —se burló Sebastián con un rubor fingido. La cara de la chica se puso al instante roja como un tomate.
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