Capítulo 43 Técnicas demoníacas

Sebastián sacó de su bolsa una larga y pesada espada de hierro. Con un salto feroz, se elevó hasta la copa de un árbol cercano, a varias decenas de metros de distancia. Agitó su enorme espada salvajemente, liberando rayas de energía vital que brillaban a lo largo de la hoja. Se transformaron en hojas de aire azuladas que cortaron las ramas. El sonido de gritos aterrorizados resonó en la copa del árbol, seguido de una espantosa lluvia de trozos de carne ensangrentada y hojas que caían en cascada. En un instante, varias vidas se habían apagado. Con un brillo feroz en los ojos, Sebastián se lanzó de un árbol a otro, desatando otra oleada de energía vital que envolvió su espada, partiendo el árbol en dos. Las cinco personas que habían presenciado su aterradora proeza momentos antes se encontraban ahora paralizadas por el miedo, huyendo a la desesperada.