Capítulo 212 No tengo nada que ver con eso

Jesica despertó sobresaltada de una pesadilla. Al abrir los ojos, se encontró con la mirada sombría de Carlos. Poco a poco, tomó conciencia de su entorno: una habitación blanca con un leve aroma a antiséptico. Carlos la había llevado al hospital. Instintivamente, Jesica intentó incorporarse y huir, pero se descubrió atada a la cama. Salvo el cuello, no podía mover ninguna parte de su cuerpo. El sudor frío le recorría la espalda. La ansiedad del sueño palidecía ante el pánico que le provocaba la intensa mirada de Carlos.