Capítulo 132 La caja negra
—No temas, esto es solo para proteger tu mente. No te volverías loca tan rápido —dijo el hombre con calma.
Fascinado por la belleza de Jesica, procedió a atravesarle la clavícula con un instrumento afilado, dejándola retorciéndose de dolor en el suelo. Por más que suplicaba que la matara, el hombre se volvía cada vez más despiadado.
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