Capítulo 66 Vínculos que despiertan

Durante más de un año, las noches de Jesica habían sido un tormento de pesadillas recurrentes. En ellas, escuchaba los gritos desgarradores de un niño preguntando por qué lo había abandonado, aunque su rostro siempre permanecía oculto. Esta vez, sin embargo, el sueño tomó un giro inesperado. Los gritos familiares se desvanecieron, dando paso a un silencio inquietante. Jesica se encontró sumergiéndose en un mar oscuro y profundo, adentrándose cada vez más en sus abismos. Su corazón, extrañamente sereno, latía con calma.