Capítulo 209 Carlos, ¿no tienes madre?
El rugido del helicóptero se atenuaba en la cabina trasera, donde Carlos y Jesica permanecían solos, dejando atrás la isla y su tumulto. El paisaje cambiante fuera de la ventanilla contrastaba con la tormenta emocional en el interior.
Carlos, despojado de su máscara de dureza, adoptó el semblante del presidente compasivo que el mundo conocía. Con delicadeza, enmarcó el rostro de Jesica entre sus manos, sus pulgares trazando suaves círculos para secar las lágrimas que no cesaban de caer. Su voz era un murmullo, casi perdido en el zumbido de las hélices.
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