Capítulo 112 Detective privado

—Estás comprometido con la Srta. Blanco. Yo sólo soy la lamentable amante que desechaste y luego recogiste de nuevo —dijo Jesica, su voz teñida de un sarcasmo tan sutil que cortaba como un cuchillo afilado. Carlos se removió incómodo. La dulzura habitual de Jesica había sido reemplazada por una amargura que lo desconcertaba. En el pasado, su instinto habría sido someterla, convertirla en su esclava personal. Pero algo había cambiado. Le había otorgado libertad, incluso había considerado dejar atrás viejos rencores por ella.