Capítulo 103 Sé mi amante
Como era de esperar, Carlos estaba encantado con la reacción de Jesica. Apretó con más fuerza su cintura y apoyó la cabeza en su hombro, abrazándola con fuerza esa noche como si hubiera recuperado un tesoro perdido. Pronto se quedó dormido, mientras que Jesica, acostumbrada a dormir sola, se encontraba inquieta ante el repentino calor a su lado. Su mente divagaba sobre la muerte de Julia.
Cuando estuvo segura de que Carlos dormía profundamente, Jesica se zafó con cuidado de su abrazo. Se puso un abrigo y se dirigió de puntillas al estudio.
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