"Supongo que debería empezar a buscar trabajo entonces..." murmuré aunque no tenía idea de qué trabajo sería.
"No tienes que empuñar armas o ser un mercenario para pertenecer aquí. Mírame. Obviamente no sé cómo pelear. ¡Ni siquiera puedo disparar una pistola... me asusta!" exclamó la Reina en voz alta mientras levantaba las manos en señal de rendición.
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